En 1808 Napoleón Bonaparte invadió España y tomó prisionero a Fernando VII, quien abdicó. José, hermano de Napoleón, fue nombrado rey en su lugar. Pero muchos de sus súbditos en España y en América no aceptaron la designación y resistieron en nombre de Fernando, al que consideraban el monarca legítimo.

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Napoleón también invadió Portugal. La familia real y la corte huyeron a Brasil, colonia portuguesa, y se instalaron en Río de Janeiro. Desde allí, en agosto de 1808, Carlota intentó ser reconocida como regente de la monarquía española en América, ante el cautiverio de su hermano.

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Las autoridades coloniales la rechazaron, pero tuvo el apoyo de un grupo de hombres de la elite de Buenos Aires, entre los que estaban Belgrano, Juan José Castelli, Hipólito Vieytes, Antonio Beruti y los hermanos Rodríguez Peña. El proyecto político de coronar a la Infanta Carlota como soberana del Río de la Plata en nombre de Fernando, es conocido como Carlotismo.

De carlotistas a revolucionarios

Mientras las autoridades virreinales reconocieron a la Junta central de Sevilla, formada en España para gobernar en nombre de Fernando VII, un grupo de abogados, letrados y comerciantes impulsaron el plan de convertir a Buenos Aires en capital dinástica, y tener en América una sede del gobierno y poder monárquico, dejando así de ser una colonia.

Pero el plan no tuvo suficiente respaldo. Algunas de las razones fueron la demora de la Infanta en definir su sede y trasladarse a Buenos Aires, el temor a que con Carlota no se pudiera conseguir una verdadera autonomía, y el miedo al avance portugués sobre la región. Cuando en 1810 toda España cayó en manos de los franceses, quienes antes habían apoyado la coronación de Carlota ya no estaban interesados en la regencia, y en cambio conspiraron para formar una junta de gobierno local, que inició el proceso revolucionario.

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Este retrato, comprado por el Estado Nacional para el MHN en 1901, es copia de otro que se encuentra en Lisboa, en la Academia de Ciencias de Portugal. El retrato original de Carlota Joaquina es de 1795 y fue pintado por Giuseppe Trono, pintor italiano de estilo neoclasicista que en 1785 fue contratado como retratista de la corte de los Braganza en Lisboa, donde alcanzó gran éxito. A su vez, ambas pinturas parecen ser réplicas de medio cuerpo de un retrato anterior, un óleo de cuerpo entero, realizado a la infanta a sus 12 años, en 1787, también por Trono. La obra: Carlota Joaquina, infanta de España, reina de Portugal, es patrimonio del Museo del Prado, en Madrid. La Infanta porta sobre el pecho un medallón con un retrato en miniatura de su marido, el futuro rey Juan VI de Portugal.

Datos del objeto

Este óleo sobre tela es de fines del siglo XVIII. No se conoce su autor. Mide 32,5 centímetros por 24 centímetros.