En 1805, los británicos vencieron a la flota española y a su aliada francesa en la batalla de Trafalgar. España quedó virtualmente incomunicada con sus colonias americanas. Aprovechando la situación, en junio de 1806 un pequeño ejército británico que estaba en Sudáfrica atacó por sorpresa Buenos Aires y la ocupó con facilidad; también se apoderó del tesoro real. El virrey Rafael de Sobremonte se retiró a Córdoba.

Detalle del objeto

Varias corporaciones porteñas juraron fidelidad al rey británico, entre ellas el Consulado. Pero su secretario Belgrano se negó a hacerlo y se marchó a la Banda Oriental (actual Uruguay). Tropas enviadas desde Montevideo y fuerzas espontáneas organizadas en Buenos Aires reconquistaron la ciudad poco más tarde.

Detalle del objeto

Al año siguiente una nueva fuerza, esta vez poderosa, llegó desde Inglaterra y conquistó Montevideo. En julio de 1807 se lanzó sobre Buenos Aires. Pero los británicos fueron derrotados en combates callejeros y se rindieron. Belgrano combatió en esa exitosa defensa.

Un trofeo muy útil

Apoderarse de las armas de los enemigos luego de vencerlos, tenía dos sentidos. Por un lado era parte del botín del triunfo y un símbolo de ese logro, pero también era una forma de conseguir armamento para el propio uso, en una época preindustrial donde cada pieza era un producto artesanal y por lo tanto costosa.

Durante las invasiones inglesas la falta de armas fue un problema para las tropas de Buenos Aires. Este fusil tower fue usado por la infantería británica durante las invasiones y recuperado por las milicias porteñas. Muchas de estas armas se reutilizaron más tarde en las guerras de independencia.

¿Querés saber más?

Hubo varios modelos de fusiles británicos llamados popularmente Tower. Uno fue el Brown Bess y otro el Baker. Se los conocía con el mismo nombre porque llevaban grabada la misma inscripción en el mecanismo de disparo.

La palabra Tower indicaba que el mecanismo estaba realizado en la Torre de Londres, siguiendo los estándares más altos de calidad establecidos por la corona británica. Más adelante, cuando se amplió la cantidad de fábricas de armas, la palabra tower continuó grabada en los fusiles, indicando el respeto de esas normas de fabricación.

Ambos tipos de fusiles fueron utilizados por las fuerzas británicas durante las invasiones al Río de Plata. Los primeros eran menos precisos, pero de recarga más rápida. Los segundos eran mucho más certeros –y llegaban a mayor distancia– pero su recarga demandaba más tiempo.

Datos del objeto

Fusil de la Infantería británica (1806-1807). Arma de fuego de avancarga, con llave de chispa y cañón de ánima lisa. La caja y el guardamanos son de madera mientras que el cañón, la llave, el gatillo, el guardamontes y la baqueta de metal. Puede usarse con bayonetas de hasta cuarenta centímetros de longitud y dispara proyectiles esféricos de plomo. Tiene grabada la palabra Tower en la platina. Mide un metro aproximadamente y pesa entre seis y siete kilos.